El club de los poetas muertos

El club de los poetas muertos es una película dirigida por Peter Weir, donde nos cuenta la historia de un profesor de literatura (Robert Williams) que llega a un instituto privado y religioso, muy estricto donde educan a la gente básicamente para que gane dinero, donde los padres y profesores ya tienen pensando el futuro de sus hijos y estudiantes, van a ser abogados, banqueros o médicos.

El profesor nuevo de literatura es muy diferente, viene con la idea de enseñarles las cosas desde otro punto de vista: que sean abiertos, que exploren el arte y lo que las apasiona, que vivan el momento presente y lo disfruten, busca crear conciencias y que sus alumnos piensen por sí mismos.

He de decir que la película me ha gustado mucho, la forma del profesor de contar literatura, los ejercicios de hacer un poema, leer un poema y subirse a la mesa me ha gustado mucho, además su apoyo a que creen un club donde puedan leer literatura por ocio entre ellos a parte de clase me parece muy guay.

Además la preocupación del profesor por sus alumnos es clara, cuando a uno de ellos, Remi, descubre una vocación en el teatro, y el propio profesor le apoya más que su padre con la idea del teatro, su padre quiere que sea médico e ignore el teatro, para tener un futuro provechoso y dichoso. Pero su padre se equivoca, pues su hijo sería más dichoso en el teatro que un futuro asegurado como médico. Para no entrar en spoilers, diré que es una película muy emotiva y bonita, bastante dramática donde se muestra como obligando a nuestros estudiantes en hacer algo que no les apasiona puede acabar en tragedia.

Una de mis escenas favoritas es cuando el profesor les reúne en un círculo y les dice “no leemos y escribimos poesía porque sea bonita, escribimos y leemos poesía porque somos miembros de la raza humana”.

Creo que para cualquier profesor o futuro docente el visionado de esta película es altamente recomendable.

(Análisis y reflexión, nº17)

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